De los ocho municipios que componen el área metropolitana sólo tres tienen lugares específicos para que sean depositados los neumáticos.
Calles y avenidas de los distintos municipios que conforman el área metropolitana están hoy convertidos en verdaderos tiraderos de llantas viejas.
Es una imagen común al recorrer la metrópoli. Las banquetas son obstruidas por llantas o éstas se ven llenando los terrenos baldíos.
Y es que, si bien los ciudadanos son quienes los depositan ahí, los gobiernos locales ayudan poco, pues de los ocho municipios que componen el área metropolitana sólo tres tienen lugares específicos para que sean depositados o servicio de recolección de neumáticos.
“Es bien preocupante sobre todo en municipios como Guadalupe, Monterrey, Juárez y algunos lugares conurbados de Apodaca, es donde se ve más cantidad de llantas. En San Nicolás y San Pedro se salvan de este tipo de cosas, pero no hay sistema de recolección en todos, a veces pagamos en la vulcanizadora para que se queden con ellas, pero mucha gente opta por tirarlas en la calle o dejárselas a la basura, pero a la basura no se las lleva”, mencionó el biólogo, Roberto Chavarría.
En el caso de San Pedro, Apodaca, San Nicolás y Santiago, los ciudadanos pueden llamar al teléfono de Servicios Públicos y pedir la recolección de las llantas que ya no se utilizan, pero en los demás no hay un servicio o lugar destinado para esto.
Incluso, los teléfonos de Servicios Públicos no son respondidos. Ciudadanos como don José afirman que esto se debe a la falta de atención por parte de las autoridades.
“Está mal eso, los municipios no se preocupan por nada de eso”, dijo. Sin embargo, lo más preocupante es que algunos de estos neumáticos terminan en ríos arroyos e incluso al interior de presas, como el caso de La Boca en donde la escasez de agua dejó al descubierto la cantidad de llantas que ahí yacen tiradas y que contaminan el poco líquido que aún queda.
“Las llantas están compuestas por caucho, pero también tienen fierro y algunos químicos para los peces, a veces funcionan como refugio, pero muchas veces sirven para atorar la basura. Cuando viene una corriente fuerte se atora la basura y hacer un tapón, aparte de qué estamos tomando agua con llanta, prácticamente, y esto afecta directamente al medioambiente porque, además, son causantes de incendios”, agregó Roberto Chavarría, biólogo.
Aunque en otras partes del mundo los neumáticos tienen una segunda vida después de cumplir su tiempo de uso en los automóviles, la realidad es que en México el reciclaje de llantas no es una práctica común o bien desarrollada y Nuevo León es muestra de ello.